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Tecnología sobre dos ruedas: el futuro del motociclismo

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El papel de los sistemas electrónicos de seguridad actuales

Como todos los campos de la tecnología que involucran la mecánica, el ciclismo y el estilo, la electrónica de las motos se ha desarrollado muy rápidamente con el tiempo, dando un salto significativo en la última década. En el pasado, la intervención de los sistemas electrónicos en la gestión de la moto aún podía ser intransigente, pero hoy en día la tecnología ha avanzado a pasos agigantados, capturando un resultado que hace solo unos años parecía imposible: garantizar una relación hombre-máquina natural mientras se utilizan sistemas electrónicos que ofrecen un alto margen de seguridad.

Los primeros pasos de la electrónica

Todo motociclista tiene una relación bien definida con su moto, y si un sistema interviene entre ambos y los molesta, incluso ligeramente, aunque se trate de seguridad, se vuelve inmediatamente molesto. Así era en el pasado, cuando los controles electrónicos entraron por primera vez en el mundo de las motocicletas con una tecnología aún inmadura.

Nos referimos a los primeros dispositivos de control de tracción, que aparecieron por primera vez en la década de 2000. Este tipo de sistema consta de dos secciones: la primera sección debe identificar la situación de peligro (en este caso la rueda trasera que pierde tracción); La segunda sección debe intervenir en el motor reduciendo la salida de par para evitar un deslizamiento excesivo y con ello una probable caída.

En los primeros sistemas, la pérdida de adherencia del neumático trasero se identificaba fácilmente por las ruedas fónicas (ya disponibles para el sistema ABS), que leían la velocidad de rotación de las ruedas: cuando la parte trasera gira más rápido que la delantera, significa que hay un deslizamiento; En este caso, el sistema limitaba instantáneamente el par entregado simplemente cortando el encendido.

Cortes molestos

Por supuesto, el peligro se evitaría, pero el corte repentino del motor eliminaba el placer de conducir ya que se sentía como una especie de mal funcionamiento. Lo mismo ocurre con un ligero levantamiento de la rueda delantera, el sistema también funciona como un anti-wheelie. De hecho, incluso entonces, la rueda trasera gira más rápido que la delantera (porque ha perdido contacto con el suelo), y el dispositivo genera entonces un corte correspondiente al motor, nuevamente bastante invasivo. Es por eso que los sistemas primordiales de control de tracción (y anti-wheelie) se entendían más como una molestia para la conducción que como una ventaja de seguridad.

Electrónica invisible

Con el tiempo, las cosas han cambiado por completo. Por un lado, han llegado nuevos sistemas, primero ride by wire, luego la plataforma inercial y finalmente las unidades de control cada vez más potentes. Ride by wire permite controlar directamente los aceleradores de inyección independientemente de la rotación del acelerador, lo que permite elegir el ángulo de apertura óptimo; La plataforma inercial permite conocer al instante la posición de la moto, es decir, el cabeceo (hundimiento o aligeramiento de la parte delantera y trasera), el balanceo (el ángulo de curvatura) y la guiñada (el "deslizamiento lateral", el deslizamiento); El sistema también lee la aceleración y el frenado. Además de las ruedas fónicas, ahora se dispone de un sistema mucho más sofisticado para el reconocimiento de una situación peligrosa, que permite gestionar la pérdida de agarre de una manera mucho más refinada, haciendo posible evaluarla incluso al inclinarse.

Además, las potentes unidades de control han permitido crear funciones de software mucho más complejas, que gestionan eficazmente el motor interviniendo en el encendido ya no con cortes drásticos, sino con variaciones en el avance, y con un control paralelo y fino de la posición de los aceleradores y del combustible inyectado en las cámaras de combustión. El resultado es una gestión mucho más refinada de las distintas funciones, y sobre todo de forma "natural": el motor responde de forma absolutamente neutra, sin cortes bruscos, como si fuéramos nosotros los que los ajustáramos con la entrega.

El ABS también está creciendo

Un argumento similar se aplica al sistema de frenos antibloqueo: el ABS. Los controles cada vez más sofisticados lo han hecho "invisible" y altamente eficiente, tanto que se puede usar en la pista. Una vez más, la plataforma inercial hace su contribución, y el software antibloqueo incluso gestiona el frenado con la moto inclinada en una curva, una función que no se podría haber contemplado en el pasado.

En definitiva, la electrónica ha crecido exponencialmente, y hoy en día ofrece dos grandes ventajas: no hay intervención perceptible; La seguridad se ha incrementado significativamente. Esto también se debe a que hay otro elemento que juega a nuestro favor, para la satisfacción de la conducción, para el rendimiento y para la seguridad: la evolución de los neumáticos.

El tercer factor: los neumáticos

Un alto nivel de seguridad y efectividad dinámica se logra a través del trabajo conjunto de todos los equipos de desarrollo: cada parte necesita estar integrada con las demás. El diseño de una motocicleta, por lo tanto, implica la colaboración cercana de los ingenieros de electrónica con los de mecánica, del chasis y ahora también del estilo, que deben cuidar la aerodinámica. Finalmente, los neumáticos son un elemento clave, por lo que se desarrollan en simbiosis con los equipos de ingenieros de los fabricantes de motocicletas. Necesitan proporcionar el soporte óptimo: la electrónica trabaja en la respuesta del neumático; el neumático ofrece el mejor soporte para las intervenciones de la electrónica. Es por eso también que han sido objeto de un desarrollo igualmente importante en los últimos años. Los compuestos, las estructuras y los perfiles han crecido: hoy, cada aplicación tiene su propio producto específico, en la carretera, en la pista, en condiciones secas o mojadas. Entre los neumáticos y los sistemas electrónicos (nos referimos a productos de gama alta) hemos alcanzado una madurez técnica extraordinaria, tanto que la posibilidad de error, y por lo tanto de caída, se ha reducido drásticamente. Esto se debe a que el límite ofrecido por los neumáticos es muy alto, y en caso de acercarse a él, la electrónica interviene de antemano con correcciones naturales, incluso en situaciones difíciles como cuando se inclina en una curva, en condiciones de mojado, siempre ofreciendo la máxima seguridad.