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El arte de colocar bien el equipaje

Por grande que sea, el espacio en el coche nunca es suficiente para cargar todas las maletas de una familia que sale de vacaciones. Pero por tediosa que parezca, esta operación debe ser, ante todo, segura

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La seguridad y el consumo de combustible dependen de factores no siempre relacionados con el equipamiento o el tipo de coche. A menudo comportamientos pequeños y aparentemente insignificantes pueden tener una gran influencia sobre ambos aspectos. Uno de ellos es la distribución de carga, operación habitual cuando se realiza la compra semanal o, como en las próximas fechas, a la hora de iniciar las vacaciones. Arrojar las maletas y bolsas directamente al maletero puede que ahorre algo de tiempo en ambos lances, pero te recomendamos perder algunos minutos y colocar todos los elementos de forma adecuada; sólo así podrás viajar de forma más segura y no hacer que tu vehículo gaste más de la cuenta.

Lo más pesado, en el centro

Llenar el maletero es una operación a menudo complicada, pero pueden aplicarse algunas normas generales que te servirán tanto si viajas con un utilitario como si cuentas con un modelo compacto o incluso familiar. En primer lugar, deberías situar los objetos más pesados lo más cerca posible del asiento posterior. Con ello se acerca el peso a la zona central del vehículo, repartiendo mejor la carga entre los dos ejes sin comprometer la estabilidad en curva o frenada. Además de situarse aquí, estos citados elementos pesados deben ubicarse siempre en la base del maletero y nunca sobre otras bolsas o paquetes, a fin de no elevar más de la cuenta el centro de gravedad. Y si no ruedas con todos los asientos ocupados, abatir la fila posterior para situar la carga puede ser una opción a considerar. De este modo ayudarás a mejorar la distribución de masas –siempre, claro, que dispongas de una red o elemento separador de carga.

Atento a la altura. Dentro y fuera

Otro de los comportamientos comunes pasa por aprovechar el espacio reservado a la carga hasta el techo. En este caso, las maletas más ligeras deben ir siempre en la parte superior, y siempre bien sujetas para evitar que se deslicen hacia los ocupantes y se conviertan en peligrosos proyectiles en caso de frenada de emergencia (recuerda que, para ello, existe un accesorio antes citado y a menudo olvidado, pero muy útil: la red separadora de carga). Esta regla aplica a todo el equipaje, tanto el que se coloca en el habitáculo como el que se ubica en la baca. A no ser que circule en un baúl o contenedor especial, recuerda amarrarlo bien usando correas resistentes o elementos de fijación homologados. Recuerda también chequear que esté bien apretado para no perderlo en carretera. Y, enlazado con ello, vigila la nueva altura final del vehículo, especialmente a la hora de pasar por puentes bajos o puntos de control de gálibo, a fin de no dañar la carga, especialmente si transportas bicicletas o objetos similares.

¿Maletas duras? Sí, pero pocas

Si tienes previsto realizar un viaje largo, te recomendamos no abusar de las maletas duras. Sin duda son las más resistentes, pero desde luego no las más fáciles de colocar. Opta en su lugar por algunas de gran tamaño complementadas con unidades más compactas y de tipo blando, que encajan mejor en los rincones y huecos disponibles.

Espera lo inesperado

Por último, a la hora de cargar el equipaje debes pensar en la aparición de incidencias inesperadas, como un pinchazo. Esta avería puede convertir el viaje en una pesadilla si el coche que lo sufre está cargado hasta arriba. Acceder al sistema de reparación de pinchazos o a la rueda de repuesto requerirá de vaciar por completo el maletero. Ten este aspecto en cuenta a la hora de llenar el espacio de carga, y, si puedes, pierde unos minutos antes de salir revisando los espacios donde se ubican las herramientas, el compresor, el gato o la rueda de recambio. De este mano, sabrás dónde encontrar cada apero si es que debes utilizarlos en plena ruta. 

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