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Consejos para ciclistas amantes del invierno

El ciclismo es un deporte que no entiende de estaciones. Sigue estas simples reglas para evitar riesgos y disfrutar de tus salidas en clima frío

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Que unos pocos días de buen tiempo en pleno invierno no te lleven a engaño. Pedalear bajo el sol es un escenario perfectamente factible en pleno mes de noviembre, pero llegada esta época del año es más que recomendable prepararse para el invierno. 

Dice el mito que no se debe salir en bicicleta en los meses más fríos, cuando llueve o en caso de afrontar circunstancias meteorológicas adversas. Pero al revés, el invierno ofrece sensaciones inéditas, como rodar en silencio por carreteras vacías, unos paisajes de distinto colorido, la posibilidad de disfrutar de la oscuridad o aprovechar un aire más fresco (y también más rico en oxígeno). Pero lo más importante es prepararse adecuadamente para esta época del año. Nos apoyaremos para ello en los consejos de Stefano Casiraghi, mecánico del equipo Colpack Ballan.

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Consejos para ciclistas amantes del invierno


Ropa

Ante todo debes mantener tu cuerpo caliente, por lo que te recomendamos cubirte con alguna capa extra de ropa –que siempre estarás a tiempo de retirar en plena ruta: “Lo más importante –detalla Casiraghi– es estar siempre seco, así que escoge productos específicos para invierno, a saber, repelentes del agua y a prueba de viento”. No en vano, si el agua no puede traspasar el tejido, el aire frío tampoco podrá infiltrarse, y este último puede resultar un incómodo compañero de viaje cuando te detienes.

“Las partes más sensibles son las manos y los pies”, como nos recuerda el experto. Quien desea dar pedales en invierno debe, por ende, hacer un pequeño esfuerzo y no economizar en prendas transpirables que mantengan el calor. Un buen par de guantes es siempre aconsejable, mientras que para tus pies, si no tienes presupuesto para calzado veraniego e invernal, te recomendamos adquirir un cubrecalzado. El mercado ofrece productos bastante completos a prueba de agua (a menudo fabricados en latex). “Estos elementos son preferibles a los calcetines gruesos, ya que a diferencia de estos últimos, no alteran el feeling con los pedales”, puntualiza Casiraghi. Y si hace mucho frío, quizá sea aconsejable equipar un pasamontañas.

Biclcleta

Tu montura puede precisar de algunas modificaciones en función de la estación: “Para quienes puedan permitírselo, recomiendo calzar neumáticos de invierno en una medida, a ser posible, un poco más ancha, llegando incluso a los 30 mm en caso de contar con frenos de disco. Y escoge una cubierta con estructura reforzada”. Esta última recomendación va ligada a la mayor presencia de pequeños objetos en la calzada, como piedras o ramas, que suelen aumentar el número de pinchazos.

Otra recomendación para las salidas en invierno son los guardabarros: “Hasta el antiguo campeón mundial, Mads Pedersen, los incorpira a en su Trek de competición cuando entrena en los meses más fríos”. Y no hace falta optar por modelos muy aparatosos –“escoge los ajustables con un simple click y que se encajan bajo el asiento”–, serán más que suficientes para que no te mojes si circulas sobre asfalto húmedo. 

Luego está la cuestión de la limpieza, detalle que raya la obsesión para Casiraghi: “En invierno lava tu bici cada vez que salgas con ella, puesto que acumula barro y sal que no se seca con tanta facilidad como en verano. Si no lo haces, bastará con dejar tu bicicleta en el garaje unos días a temperaturas bajo cero para descubrir que esa suciedad y humedad se convertirá en óxido”.

Aplicar una capa de abrillantador al cuadro antes de salir aumenta la protección de este crucial elemento. Por lo que respecta al tipo de bicicleta, es recomendable optar por una de montaña en período invernal, momento idóneo para disfrutar de senderos vacíos y zonas boscosas. Y si deseas pedalear como si estuvieras al manillar de una montura de competición, opta por una gravel.

Seguridad y nutrición

“La visibilidad es un aspecto crítico, así que escoge prendas de alta visibilidad y añade una inversión modesta –bastará con 15 euros– para incorporar en el frontal y la trasera de tu bici luces LED, preferiblemente recargables, y rueda con ellas siempre encendidas”.

En este sentido, recuerda que en invierno anochece antes, y en ocasiones, durante el día, la visibilidad se reduce como consecuencia de la lluvia o la niebla. Aquellas personas con más experiencia y habilidad al manillar, así como quienes monten bicis con frenos de disco, siempre es una buena idea instalar pastillas de freno de resina u orgánicas, que tardan menos tiempo en llegar a su correcta temperatura de funcionamiento y garantizan una superior calidad de frenada desde el momento en que se aprieta la maneta.

“Otro detalle importante en las salidas invernales, especialmente cuando llueve, es comer mucho, puesto que en esas circunstancias el cuerpo quema más calorías tan sólo para mantenerse a la temperatura correcta”. Por este motivo, nunca está de más tener un snack en el bolsillo.

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