Seguridad en invierno: las cinco reglas de oro para conducir sobre nieve

Sin duda, escuchar estas canciones desde casa, mientras ves caer la nieve desde la ventana y te acurrucas ante la chimenea, suena relajante, pero ¿y si la nevada te coge al volante en carretera? La adherencia sobre nieve y hielo se aproxima a cero, por lo que abordar una curva incluso a baja velocidad puede convertirse en una pesadilla si no somos suficientemente precavidos. 

Por este motivo es especialmente importante prepararse para el invierno con el equipamiento adecuado y conocer las claves esenciales para conducir sobre carreteras nevadas. El primer elemento  imprescindible son los neumáticos de invierno, que deben equiparse en las cuatro ruedas. Controla con regularidad su presión y desgaste, y acude a tu taller especializado en neumáticos de confianza siempre que tengas alguna duda. Pero hay más. Hemos recogido algunos consejos imprescindibles para ayudarte a regresar a casa con seguridad.

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El primer paso es analizar las condiciones de la vía. Los neumáticos de invierno son una gran ayuda durante toda la temporada fría, también sobre asfalto seco o mojado. Su compuesto incrementa su efectividad con temperaturas de 7ºC e inferiores, momento en que aumenta su adherencia a la calzada. Y sobre nieve o hielo ofrecen unas prestaciones excepcionales, lo que no invita a restar un ápice de prudencia. Recuerda que los peligros potenciales son menores si circulas a una velocidad constante por calzadas nevadas, pero ¿qué ocurre si debes hacer una frenada de emergencia? ¿Y si se añade a la ecuación una imprevisible capa de hielo?

El descenso del garre provoca un aumento de las distancias de frenada a la vez que disminuye la tracción y el control. Por ello, si no contamos con el equipamiento adecuado, superar una situación de emergencia requerirá tomar riesgos. Por este motivo, aumenta tu distancia de seguridad y reduce la velocidad, especialmente en curva.

Afrontar una carretera de montaña en sentido descendente es siempre arriesgado. El bajo agarre, combinado con la masa del vehículo, genera inercia e induce una suerte de “efecto patinaje” que lleva asociado un aumento de la distancia de frenada. Cuanto mayor es el vehículo, más grande es el riesgo. Por este motivo es especialmente importante montar cubiertas de invierno en SUVs y modelos off-road, y no importa que  equipen de serie tracción a las cuatro ruedas. Ya en carretera, siempre que sea posible, confía siempre que puedas en el freno motor para disminuir la velocidad en lugar de apoyarte en el sistema de frenada mecánica.

En caso de circular sobre grandes grosores de nieve, es mejor no buscar las roderas de otros vehículos. Estas huellas limitan las maniobras de detención del vehículo, algo que no ocurre cuando se circula sobre nieve fresca y recién caída.

El bajo grip obliga a afrontar cualquier maniobra con cuidado. Girar el volante con agresividad, por ejemplo, complica a los neumáticos la capacidad de ofrecer el ángulo deseado, generando subviraje. Esto es, deseas virar, pero el coche sigue recto.

Sigue todos estos consejos y canta con nosotros: “Let it snow! Let it snow! Let it snow!”.