Confort, privacidad, el privilegio de viajar en horarios y a destinos a elección de los ocupantes, o el puro placer de conducir mientras se disfruta de una amena conversación. Estas son algunas de las razones que hacen que nos decantemos por el coche a la hora de viajar. Con estas premisas en mente, hemos recogido cinco destinos ideales para disfrutar en cualquier momento del año tanto al volante como desde el asiento del acompañante.
Carcès, Provenza, Francia
Provenza
Aunque solemos asociar el sur de Francia con el perfume de lavanda y, por ende, con las vacaciones de verano, su clima templado y la reducida presencia de turistas hace de la Provenza un destino ideal para los meses más fríos. Podemos empezar la ruta junto al mar, en Hyères, famosa por sus Iles d'Or, su arquitectura árabe o su centro histórico, que data de la Edad Media y que atrajo en su día a autores de la talla de Victor Hugo, Stevenson o Tolstoi, sin olvidar también sus jardines públicos (cuatro “jardins remarquables”) y monumentos como el Tour Saint Blaise, que levantaron los Templarios en el siglo XII.
Recorrer la región en coche permite detenernos en los pueblos y recorrer sus mercados de pescado y vino. Si optamos por dejar la costa podemos adentrarnos en localidades como Carcès o Correns, productores del mejor vino rosado de Francia, y las poco frecuentadas vías que conducen a Verages, prestigiosa región ceramista, o Cotignac, una de las villas más elegantes de la Provenza Verde, a menudo denominada la “Saint-Tropez de la parte alta del Var y no precisamente de modo gratuito. Su centro serpentea por calles estrechas repletas de galerías de arte y tiendas que venden típicos productos de decoración franceses. Para tu casa o para inspirarte si es que algún día planeas instalarte allí…
Dovestone Reservoir, Reino Unido
Manchester
Juvenil, diferente, llena de energía: Manchester es una de las ciudades más animadas de Gran Bretaña, gracias a su única combinación de cultura moderna, una escena musical famosa en el mundo entero y su importante legado industrial. Se trata de una urbe rica en color, como demuestra Worsley, zona situada a apenas 20 minutos del centro. Esta zona ofrece una combinación cromática única, que inicia con el naranja de las aguas de su canal, consecuencia de la oxidación del hierro de las que, en su día, fueron minas de carbón, y el blanco y negro de los edificios de estilo Tudor del entorno.
No muy lejos de allí, en Dovestone, a los pies del Parque Nacional del Peak District y a unos 40 minutos de la ciudad, podemos disfrutar de unos paisajes impresionantes y de su fauna autóctona, que incluye liebres de montaña y halcones peregrinos. Manchester es un corazón que no deja de latir, ¡incluso en invierno! De mediados de noviembre en adelante la ciudad se llena con hasta 300 puestecillos que nos preparan para la siguiente Navidad y que son un referente en todo Gran Bretaña. Pero, ¿no hará demasiado frío? Manchester es hogar de múltiples escritores y de importantes establecimientos dedicados a los libros, como Chetham's (la biblioteca pública más veterana del mundo anglosajón) o la increíble librería John Rylands, que avalan la condición de Manchester de ciudad de la literatura, según la UNESCO. No tienes más que seleccionar unas buenas obras.
Colonia, Alemania
Colonia
Situada en Alemania Occidental junto al río Rin, Colonia es acogedora e ideal para recorrer en un fin de semana, y ofrece una magnífica combinación de tradición y modernidad fascinante para cualquier clase de visitante. Su reducida dimensión la convierte en el refugio idóneo –y rápido– contra la rutina. Puedes empezar paseando por el Rin, empezando por las zonas reformadas, la mayoría asépticas y geométricas, para luego adentrarte en el centro histórico, el Altstadt, en el que se erige la inmensa y bella basílica de Colonia –edificio patrimonio de la humanidad según la UNESCO. Bastan pocos días para hacer una inmersión en la cultura Kölsch, hacia la que los locales sienten gran apego. En ella se recoge su origen y naturaleza, sentimientos que nadie ha conseguido arrebatarles, ni siquiera los bombardeos de las contiendas del pasado.
Bilbao, País Vasco, España
Bilbao
Su centro histórico y el majestuoso museo Guggenheim, obra de Frank O. Gehry, ayudaron a esta ciudad a dejar atrás su pasado exclusivamente industrial y dedicado al comercio –que apenas seducía a viajeros y turistas– para convertirse, en menos de una década, en una ciudad modélica para vivir y plenamente contemporánea. Su estratégica localización en el norte de España constituye un magnífico punto de partida para descubrir la Costa Vasca, plagada de pequeños y pintorescos puertos, viñedos, valles de color verde esmeralda, acantilados y enérgicas olas. El trayecto ideal parte de Bilbao con dirección a San Sebastián, a lo largo de una carretera costera que abre las puertas a numerosas pequeñas localidades en las que descubrir bodegas locales –y su emblemático Txakolí– y espectaculares parajes naturales, como la ermita de San Juan.
Noto, Sicilia, Italia
Sicilia
El mar, la naturaleza y la cultura: no importa que sea verano, invierno, primavera u otoño. Sicilia es una de las zonas más fascinantes para recorrer en coche, y por mucho más que su clima estable y moderado. Si quieres disfrutar al máximo de la isla, te recomendamos seleccionar bien el itinerario: si no quieres perderte un solo detalle, centra tu viaje en una de sus mitades (Occidental y Oriental), y concéntrate ahí. El viaje en coche que une Palermo y Agrigento permite gozar de las maravillas naturales del Estuario de Belice, el parque de las Madonie o la Reserva Gitana, amén de admirar localidades espectaculares como San Vito lo Capo, Marsala y Sciacca, antes de alcanzar el Valle dei Templi (Valle de los Templos) y la deslumbrantemente blanca Scala dei Turchi (Escalera de los Turcos).
Otra ruta alternativa va de Catania a Siracusa por Taormina, y Ragusa. Descubrir la Sicilia barroca nos puede conducir a lugares únicos como Noto y Marzamemi, sin olvidar los múltiples palacios, iglesias y monumentos que hacen de esta isla un lugar único.