A la hora de describir el camino que le ha convertido en artista visual, Prince Gyasi remarca una serie de recuerdos y experiencias de su niñez en Ghana, desde los días que pasó junto a su abuelo, músico, a su etapa como ayudante de fotógrafo de retratos en los mercados de Accra.
En el pasado visitó con frecuencia platós de TV y estudios de radio junto a sus padres, dos reconocidos músicos de góspel.
También pasó mucho tiempo dibujando, usando para ello un viejo programa de dibujo, haciendo esculturas e IT, y siempre buscando nuevas formas de crear.
“Siempre he pensado que si la gente podía hacerlo yo también sería capaz, o que podría hacerlo de forma distinta”, afirma. “Cuando veo las creaciones del siglo XIV, las pinturas de los artistas del Renacimiento, en mi opinión, pintaban como si se colaran en un lugar y fotografiaran a las personas. Yo lo hago al revés, fotografío como un pintor. Y pongo todo mi empeño en ello. Esto es lo que hago”.
Componiendo el lienzo
El set del Calendario Pirelli en Londres y Ghana muestra claramente el enfoque artístico en movimiento de Gyasi mientras toma imágenes de talentos tan diversos como la actriz de Hollywood Angela Bassett o el ex futbolista Marcel Desailly. Todos ellos posan en escenarios que van desde un reloj derritiéndose a un corazón rojo gigante.
Cada fotografía ha sido planificada meticulosamente: Gyasi medita la idea para el set y la composición para cada persona a la que retrata, y la dibuja antes de desarrollar los render 3D y construir el escenario. Sus imágenes se capturan con una cámara estática.
“Sé cómo voy a emplazar el talento en mi lienzo”, añade. “Todo se hace antes de subir al set. Debes pensar siempre en un plan B, pero no me gusta hacer las cosas en el momento, porque me parece un poco complicado”.
Lo que sí hace Gyasi en el momento es ser él mismo –charlando con el o la modelo para hacerla sentir a gusto, rodando un vídeo o incluso realizando entrevistas a posteriori para redes sociales.
En cada centímetro se puede ver a ese hombre del Renacimiento.
¿Dónde empezaste a pensar en el modo de abordar el proyecto del Calendario?
Empecé buscando los aspectos destacados que quería mostrar y lo que representan para mí. Pensando en mi niñez, empecé por buscar a aquellas personas que me inspiraron –suena a cliché, pero todas ellas lo hicieron realmente– y seleccioné aquellos aspectos que creo eran los más importantes, o al menos los que más me impactaron: cuando vi a aquella persona por primera, segunda o la última vez, antes incluso de conocerla en persona. Tuve todo esto en cuenta.
Has elegido un enfoque personal, autobiográfico, lo que no es muy habitual…
Sí, porque, al final, lo que quieres es hacer algo que sea impactante; que la gente recuerde este calendario como el más personal que haya existido.
Sabemos que usaste el iPhone para crear imágenes cuando empezabas. ¿Cómo ha progresado tu carrera desde entonces?
Diría que soy un artista autodidacta, porque no he estudiado fotografía. Sí he estudiado arte, como la pintura, la creación de imágenes, y posteriormente he hecho escultura y tallado. Mi experiencia procede más de este ámbito. Pero cuando acabé la escuela secundaria se trataba más de tender puentes o expresar lo que nadie había mostrado en la comunidad en la que crecí. Construir un estilo por el que la gente me pudiera identificar fácilmente cuando me ven a mí o a mi trabajo.
¿Qué descubriste al subir tus imágenes a Instagram?
Sí, sí, sí, las redes sociales han sido una parte fundamental. Quiero decir, es lo que todo el mundo hace ahora, lo que debes hacer. Puedes contactar con mucha gente sin necesidad de desplazarte, por lo que es un ámbito muy importante.
¿Cuáles son tus influencias principales en lo que respecta a la fotografía?
(El fotoperiodista norteamericano del siglo XX) Gordon Parks, quizá. Me gusta el modo agraciado como retrataba a la gente negra… y la realidad. Pero cuando hablamos de la fotografía en general, es difícil dar una respuesta, porque no he tenido muchas influencias en el ámbito de la fotografía. Hablaría más de artistas como Yves Klein, James Turrell, etc., aunque para mí tienen más significado los deportes, la música y otros sectores.
Has utilizado una cámara estática para tomar las imágenes del Calendario, en lugar de utilizar una con brazo articulado. ¿Por qué?
Está más relacionado con el mensaje y el arte. Debes pensar de antemano qué imagen buscas y qué mensaje quieres mostrar. Es una obra de arte.
¿Sentiste alguna clase de presión durante las sesiones del Calendario?
Siempre intento ser yo mismo, en todas partes. No hay presión si estás preparado y conoces tu visión. El tiempo de Dios es siempre el mejor.
¿Qué esperas alcanzar con el Calendario?
Espero enviar un mensaje a la juventud y ayudarles a entender que pueden conseguir lo que quieran si ponen toda su mente en ello y son lo suficientemente consistentes; y hablo de un alto nivel de consistencia, no mediocridad. Quiero hacerles entender que si tengo 28 años y he conseguido hacerlo ellos también pueden hacer lo que se propongan. También quiero ayudarles a encontrar su propia voz y proyecto, de modo que no confíen en otras visiones para construir su mansión. También se puede relacionar con mis problemas e historias, que sin duda debes experimentar por ti mismo. Tú eres el único que puede expresarlo. No utilices la voz de otra persona para decirlo, tan sólo usa la tuya.
La libertad absoluta se produce cuando no hablas con tu boca, pero te escuchamos. La libertad es arte.
En las entrevistas tras la sesión contigo, la escritora estadounidense Margot Lee Shetterly, autora de Hidden Figures, hablaba de la idea de “empujarte para romper barreras por ti misma de modo que otras personas puedan hablar detrás de ti”. ¿Sientes que todavía sigues rompiendo barreras?
Sí, por supuesto que sigo haciéndolo. Trato de dar el máximo de mí mismo para hacer cosas que se recuerden y que la próxima generación, o simplemente quien venga después de mí, sea de confianza. Todo va de hacer un gran trabajo de modo que afecte positivamente a otros artistas.
