La edición 1974 nos muestra todo cuanto representaba el Calendario Pirelli a los 10 años de su lanzamiento. Ingredientes no faltaban: una playa tropical (las Seychelles), un casting formado por modelos como Marana, Chichinou y las gemelas Kim y Eva Nielsen; y unas fotografías atrevidas y, a menudo, sorprendentes. El rostro tras la cámara era Hans Feurer y sus imágenes ilustran todos los atributos que hacen de él un fotógrafo innovador y emocionante.
El Calendario Pirelli de 1974 tuvo como escenario las Seychelles y se encargó al fotógrafo suizo Hans Feurer, que rozó la excelencia en el uso de la luz y las sombras para crear unos efectos extraordinarios. En esta imagen se muestran las hojas de palmera dibujando unas rayas de cebra sobre la piel desnuda de la modelo Marana.
Este maestro de la fotografía sigue prefiriendo trabajar en el exterior a hacerlo en estudio, y siempre con luz natural y con una mínima postproducción, si es que alguna vez llega a usarla: “La fotografía es luz y sombra. Y este último aspecto es fundamental”. Feurer lo dijo en una charla sobre sus trabajos para Ssense, en los que el uso de los conceptos mencionados saltaba a la vista en cada una de sus imágenes.
Uno de los mejores ejemplos es la fotografía de marzo del Calendario Pirelli de 1974, en la que las sombras de las hojas de palmera dibujan una piel de cebra sobre Marana. O la de enero, en la que Feurer captura el modo como los rayos de luz ensalzan los labios rojos de esta misma modelo. La imagen, cuyo rojo saturado y los efectos de luz podríamos atribuir erróneamente a Photoshop (herramienta inexistente en la época), denota otro de los sellos personales de Feurer, una especie de “hiperrealidad visual” –en palabras de un crítico– que da a esta imagen un toque pop.
El Calendario Pirelli de 1974 tuvo a Hans Feurer tras la lente de la cámara y a la editora de la revista Nova, Caroline Baker, como encargada de vestuario. Esta última se inspiró en la cultura popular a la hora de escoger las prendas de las modelos protagonistas. El programa de TV M*A*S*H la llevó a vestir a las protagonistas con ropa militar, como demuestra esta foto del mes de abril.
Actitud y diversión
Cuando una vez le preguntaron por qué se hizo fotógrafo, Feurer respondió: “Amo a las mujeres”. Esa consideración hacia lo femenino predomina en toda la sesión. Aunque Feurer se oponía al uso de la palabra “erótico” para describir sus imágenes, su trabajo es, sin duda, sensual, especialmente en las composiciones en las que los modelos están casi desnudas. El suizo retrata a las mujeres asociadas a dinamismo, misterio, diversión y actitud. ¿Cómo si no se describe la imagen de Eva Nielsen del mes de octubre, en la que aparece lavándose los dientes mientras sus ojos brillan de alegría?
Caroline Baker, editora de moda de la revista Nova, de la que Feurer era colaborador, se ocupó del vestuario en la edición 74 del Calendario Pirelli. La estilista británica era famosa en la época por su oposición a las marcas y por buscar la inspiración no en París o Milán, sino en la calle y la cultura popular. En este caso, se dejó llevar por el programa de TV M*A*S*H y optó por estampados de camuflaje y verdes caqui. De su sesión para Pirelli destacan especialmente dos looks: uno en el que se muestra a Kim en un impermeable verde transparente y otro que viste a Marana con una chaqueta dorada y unas gafas de sol doradas a juego. En ambos casos, la indumentaria explica una historia por sí misma y proyecta una actitud. Fotografía de moda y estilismo de la máxima calidad.
Eva Nielsen fue una de las cuatro protagonistas del Calendario Pirelli 1974, que Hans Feurer retrató en las Seychelles. Su hermana gemela Kim también aparece en la obra, y ambas se reunieron para el número de julio/agosto de 1974 de Vogue Italia, en el que Eva ocupó la portada.
Un antídoto seductor
Feurer definía a menudo sus fotografías como “proyecciones oníricas”, esto es, sueños que permitían a las mujeres proyectar su personalidad a través de la moda. Sin embargo, esa interpretación podía también adquirir un significado de libertad y evasión. Calendario Pirelli en estado puro. Si tenemos en cuenta la situación del mundo en 1974 –marcada por la dimisión del presidente Nixon tras el escándalo Watergate, las secuelas de la guerra en Oriente Medio y la crisis del petróleo, los incidentes terroristas y la agitación global– las imágenes de una isla paradisíaca podrían ser el mejor antídoto.
Feurer creció en Zurich y cursó estudios artísticos en Suiza. Se mudó a Londres para trabajar como artista gráfico, ilustrador y director de arte para varias agencias publicitarias, donde colaboró con fotógrafos legendarios como Helmut Newton, William Klein y Frank Horvat. Esta labor le dio una primera toma de contacto con el mundo de la fotografía, pero la experiencia que le impulsó a dedicarse a este arte a tiempo completo fueron sus dos años en África (1966-1968). El continente le abrió los ojos: “Me cambió tanto el modo de mirar como lo que veía en realidad”, como afirmó en 2014 en una entrevista para The Business of Fashion. “Veía el modo como las mujeres se metían en el agua con la primera luz del día y se dibujaba un resplandor a su alrededor. Quedé asombrado y empecé a desarrollar una sensibilidad especial para descubrir la magia de las luces y las sombras”.
Las imágenes del Calendario Pirelli de 1974 se tomaron en las Seychelles desde la cámara del fotógrafo suizo Hans Feurer. Eva Nielsen recordaba esta fotografía años más tarde para The Cut: “Es un poco violenta la forma en la que sale del agua. Te atrapa de algún modo”.
A su regreso a Londres, empezó a trabajar como fotógrafo y no tardó en firmar sus primeros retratos para las ediciones británica y francesa de Vogue. Crecieron con ellos tanto su reputación como las demandas de colaboración. Con el paso de los años, Feurer ha firmado sesiones para publicaciones de la talla de Elle, Harper's Bazaar, Numero y GQ, además de campañas publicitarias para Juicy Couture y Desigual. Pero si por algo es conocido el trabajo de Feurer es por su extraordinaria campaña para la firma japonesa Kenzo en los años ochenta. Aquellas imágenes muestran otro de sus puntos fuertes: la pasión por unir telas de gran calidad con las formas femeninas.
Relevancia eterna
En uno de los retratos de la campaña para Kenzo de 1982 se muestra a la modelo Iman envuelta en capas de tela de color rojo y fucsia, con la cara oculta tras un velo. Genera un potente espejismo de tela y color, una lección magistral de cómo encarar la fotografía de moda de un modo apasionante y original. “No me dedico a hacer fotos estériles, formales”, afirmó una vez Feurer. “Me gusta crear imágenes que generen emociones y despierten tus sentidos. Y para lograrlo, tanto la mujer que las protagoniza como su vestimenta deben cobrar vida”.
Este retrato de las gemelas Kim y Eva Nielsen aparecían en el Calendario Pirelli de 1974, obra de Hans Feurer. Unos años más tarde, el suizo recordaba a The Cut: “Me gustan las mujeres independientes, aquellas que no tienen miedo… Y creo que son mucho más interesantes que los hombres, y más fuertes también…”
El Calendario Pirelli de 1974 marcó el fin de una era. En 1975, el almanaque no se publicó por razones de ahorro de costes y la siguiente edición no llegaría hasta 1984, una época en la que los gustos habían variado notablemente y los desnudos de los setenta se veían caducos. Las fotografías de Feurer para Pirelli son dignas de su tiempo. Pero quizá mucho más que otras ediciones del Calendario de los sesenta y setenta, la correspondiente a 1974 se conserva igual de fresca y vital que en el año de su lanzamiento. Lo prueba que cuando actual directora de Vogue en Francia, Emmanuelle Alt, asumió el cargo en 2011, recuperó a Feurer como editor colaborador junto a otros fotógrafos de la talla de David Sims y Mert & Marcus. Las imágenes de Feurer tienen algo especial –quizá la autenticidad de sus procesos o la expresividad que evocan– que hace que sigan siendo importantes y atractivas hoy día. En este sentido, su trabajo para Pirelli tiene la misma importancia en 2021 que hace 40 años.